Retro-Urbana: Salas de Videojuegos.

Posted by JhoJho | Posted in | Posted on 2:09 p. m.

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Antes de que llegara el Internet a globalizar el mundo. Ya había un medio de distracción fuera de los hogares de los urban@s. Las salas de videojuegos eran los lugares predilectos por los jóvenes de aquella época; y es que se podía pasar horas y horas, insertando monedas a una caja con un televisor, un Joystick y un par de botones. Con tal de pasar un nivel de alguno de los juegos de moda. El inmortal PacMan era lo mejor. Al llegar el 3-D quedo relegado pero seguía. Otros juegos comenzaron a aparecer en la escena juvenil. Y las monedas eran aun más y más. Los juegos pasados de moda solo pedían una ficha, los últimos pedían muchas. Eran pocos los que jugaban aquella que era en carro de formula 1. Pero podías sentir la adrenalina de estar tocando un volante y delante de ti una pantalla gigante.

Con el pasar de los años, ya no quedaban salas de videojuegos. Pero se reinvento la movida nuevamente y aparecieron las salas de juegos, pero en esta oportunidad eran con consolas de videojuegos. Super Nintendo, fue una de las primeras consolas para jugar en estas salas, que de lujoso no tenían nada, solo estabas tu (o con otro persona) frente a la t.v. Claro, había escándalos a causa de infantes que apenas y sabían que estaban jugando, pero todo era parte de la atmósfera. Mientras salían consolas nuevas, las viejas tenían menos popularidad y por ende eran más asequibles. Aunque la mayoría de estos centros de diversión duro hasta finales de los ’90, aún hay quienes extrañan a Mario Bros…

Y las secretarias qué?

Posted by JhoJho | Posted in | Posted on 11:06 a. m.

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7:00 a.m.: Llega la secretaria a su lugar de trabajo, no sin antes saludar a tod@s sus compañer@s de trabajo. Después de tanto hablar se dirige a su escritorio.


7:20 a.m.: Como de costumbre llego tarde. Antes de que llegue el jefe ordena todo rápidamente para que no encuentre el desorden del día anterior.


7:30 a.m.: “Buenos días Carlos (no le dije jefe)”. “Aquí tiene su agenda. Las personas que van a venir a arreglar el aire acondicionado dijeron que vienen mañana”. Se va a su despacho el jefe y aprovecha de terminar de comer el desayuno.


9:00 a.m.: Hora lenta, no hay nada que hacer. El jefe ya vuelve. Aprovecha y hace lo que mejor sabe hacer: arreglarse las uñas, peinarse, pintarse. Todo eso se resume a “latonería y pintura”.


9:50 a.m.: Llega un cliente. Le dice que espere que ya se le va a secar el barniz de las uñas, que en un momento lo atiende.


10:15 a.m.: El cliente pierde la paciencia. La manda a comer mierd*. Ella se hace la indiferente.


11:00 a.m.: Casi hora del almuerzo, pero aun falta. Antes un bocado. Para pasar el tiempo se conecta al msn.


12:30 p.m.: Hora de almorzar. Ya comió, así que tiene que ir a pedirle a alguien más. Nadie le da. De nuevo se pelea con los compañer@s de trabajo.


2:00 p.m.: Hora del sueño. Pero no puede dormir porque el jefe le mando mucho trabajo. Escucha música para no dormirse.


3:30 p.m.: Casi hora de salir, pero aun no. El jefe le dice que adelante unas citas para que estén listas el día de mañana.


4:00 p.m.: Agotada totalmente y sin el maquillaje. Un bocadillo para merendar. Va recogiendo sus cosas para irse.


4:30 p.m.: “Me voy Carlos, ya no puedo más estoy cansada”. El jefe: “Estas cansada? Que tal si nos tomamos algo?”. Ella: Ok!


5:00 p.m.: Se van. Sale ella primero, después él. Se montan en el carro. Van al primer motel.


7:00 p.m.: Ya no esta agotada. Esta feliz.

Arenita playita

Posted by JhoJho | Posted in | Posted on 1:42 a. m.

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No hay nada como una playa. Con un sol radiante, aguas cristalinas, arena blanca, unas palmeras que te rodeen y si esta casi desierta, mucho mejor. Lastima que eso solo se ve en revistas europeas. Aquí las playas pueden llegar a ser un caos total por dos cosas (o más cosas). Primero: si es temporada de vacaciones, olvídate por completo de este lugar. Todas las playas estarán abarrotadas de personas que llegan de diferentes lugares, no encontrarás un puesto cerca de la orilla del mar, lo más cercano que encontraras será a 500mts de la orilla. Esta bien que existan vendedores, pero tampoco la feria mundial de vendedores! Aunque les digas que no quieres comprar nada igual insistirán, si no pasara otro hasta que le compres algo y se pierda de tu vista. Hay personas que se llevan prácticamente la casa a la playa, desde cocinas, mesas, muebles, televisores hasta microondas, pasando por el DVD y hasta el loro! Si vas a liberarte de la presión hogareña lo menos que puedes hacer es llevarte tantos artefactos. En el mar no te vas a poder bañar con tranquilidad porque chocarás con alguien cada treinta segundos, así sea en lo más profundo del mar. De regreso se forma una tranca, cual típica cola de autopista. Pero al final pensarás que valió la pena todo, solo por llevar un bronceado color carbón.


Segundo: de no llegar a ser temporada te puede pasar lo mismo! Lo único diferente es por no haber tanta afluencia de bañistas, correrás el riesgo que te roben, así estés en la playa más remota.


Mantén la playa es su estado natural no la alteres, porque es uno de los pocos lugares donde uno se puede sentir en contacto directo con la naturaleza…

Devaneo

Posted by JhoJho | Posted in | Posted on 5:28 p. m.

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La verdad que no se ni que decirte. ¿Qué podría decirte que no sepas? ¿Lo que me ha sucedido? No creo. Nada me ha pasado desde aquel día en que pensé que iba a tener un encuentro contigo. No se si había una intríngulis para no poder encontrarnos. Ya no importa.
Dicen que el tiempo cura todo, pero el tiempo no tuvo nada que curar, porque no había una herida que sanar. Sino he querido hablar contigo tal vez es una torpeza de mi parte. El no querer escuchar alguna explicación de tu parte, o una disculpa (aunque no soy nadie, ni quien para perdonar) fue un error. Pero no lo vi así durante todo este tiempo que ha pasado, porque el ego (o lo que sea) no me permitía verlo.
En mil oportunidades fui altruista contigo. ¿Y que recibía a cambio? Nada que llenara ese espacio en mi corazón que había sido despojado, por ti, por pensar que ya no había nada donde todo podía estarlo.
Decías que me querías, que me amabas. Yo pensaba mil veces esas palabras que muchos las decían pero pocos las sentían, y me resignaba a no creerlas, pero la duda me quedaba.
No sabia si confiar en lo que decía mi corazón o en que. El eufemismo, estaba ahí presente. Por decirte cosas que al momento no sentía, pero cuando las recordaba si pasaba algo en mi. Algo que en un par de veces renunciaba a seguir luchando, pero que no quería desistir.
Tal vez estas palabras sean anodinas, o un tanto inverosímiles, y queden pequeñas ante todo lo que pudiera decirte. Ahora queda de tú parte decirme en que estoy mal, en que tú estas mal. Y, ¿Ahora que pasara? ¿Esperare tú llamada? ¿Un mensaje? ¿Un e-mail? O esperare a las puertas del mar para conversar cara a cara…